¿Has visto a las abuelitas hablar con sus flores? o ¿a las amas de casa oler cada fruto de su huerto? Parece una relación casi mística entre el ser humano y el fruto del suelo. Y aunque no sea fácil de explicar, se ha demostrado que la jardinería puede alargar tu vida. Así es. El contacto con la tierra, la naturaleza, ver florecer aquello que siembras, tener alimentos sanos disponibles en tu casa, constituyen sólo el inicio de una cantidad importante de beneficios que nos ofrece la práctica de la jardinería.
Jardinería para el corazón
De hecho, es una actividad que cada vez es más recomendada para las personas mayores, ya que no sólo invita a incursionar en una actividad energizante y a la vez relajante, sino que significa una disminución potencial de riesgos cardíacos al proporcionar una rutina que aleja a las personas del sedentarismo, de la vida moderna y nos invita a aumentar la actividad física diaria.
¿Quién quiere uno años más de vida?
Diversos estudios demuestran que quienes asumen esta manera de relacionarse con la naturaleza pueden lograr alargar sus vidas hasta 15 años. Investigadores del Hospital de la Universidad de Kalolinska en Suecia, consiguieron que aquellas personas mayores de 60 años que eran más activos en el día a día, disminuyen hasta un 27% sus riesgos de ataques cardíacos y el 30% del riesgo de muerte por toda causa, por sobre aquellas personas sedentarias que no hacen ninguna actividad física. El estudio logró encontrar además, una asociación significativa entre las actividades menores, como la jardinería y una vida más larga y saludable que aquellos que se sientan durante largos periodos, además de que tienes que dejar malos hábitos.
Jardinería, una forma de ejercicio de bajo impacto
De hecho, este mismo estudio sugiere la jardinería puede ser tan buen ejercicio como cualquier otro, ya que aumentan el gasto total de energía. El estudio continua explicando que el sedentarismo y mantenerse sentado durante largos períodos puede interrumpir la producción normal de hormonas del músculo esquelético, con posibles impactos negativos en otros órganos y tejidos del cuerpo; y que la jardinería es entonces una alternativa importante, un antídoto al mundo moderno que puede ofrecer una buena cantidad de beneficios para la salud mental y física.
Se ha probado que las personas que realizan esta actividad igualan a practicar ejercicio de bajo impacto. Además, lo hacen durante períodos más largos que algunos que hacen otras actividades físicas como la bicicleta, montañismo e inclusive las caminatas.
Realizar actividades de jardinería, inclusive la jardinería ligera, de bajo impacto puede significar la quema de alrededor de 300 calorías por hora; significando un ejercicio importante que marca la diferencia entre una vida sedentaria y una vida activa, sana y saludable.
Recompensas físicas, mentales y espirituales
Muchas personas que tienen a la jardinería como hobby o actividad recreacional, sienten que es una manera de reconectarse con esas cosas intangibles que hemos perdido en nuestra muy ocupada vida, alejada de la tierra y de la naturaleza. Para otras, el sólo estar en presencia de los olores de la tierra, el aire y el agua combinadas pueden hacer de esta actividad una actividad mucho más divertida que otros ejercicios regulares.
Y es que la experiencia sensorial a la que nos invita la jardinería ayuda a las personas a conectarse con su estado primario; el trabajo en jardinería significa una recompensa espiritual directa, y además la posibilidad de realizar una actividad que produce beneficios mentales y corporales.
Practicar jardinería nos conecta con la vida
Colocar una semilla en la tierra y verla crecer, cosechar sus frutos, cuidar de las malezas diariamente significa entregar un espacio de dedicación a aquellas cosas de la vida que realmente importan, aquellas que nos acercan a nosotros mismos y nos hacen felices.
Sembrar frutos y flores mejora nuestra coordinación y motricidad
Adicionalmente, los diversos movimientos, y la mecánica general de la práctica de la jardinería ayudan a mantener nuestras condiciones de motricidad fina y fortalecen el tono muscular. Siendo inclusive una actividad indicada para niños y adolescentes. De hecho, distintos expertos señalan que el aire fresco, la tierra, el agua y todas las actividades relacionadas con la jardinería pueden ayudar a prevenir los trastornos Hiperactividad con Déficit de Atención (TDAH).
La jardinería: actividad antiestrés
Está comprobado que el trabajar con las plantas y animales logra que el estrés se libere, relajándonos y a la vez promoviendo nuestra concentración y atención. Es por eso que quienes realizan tareas de jardinería tienen menos posibilidad de presentar problemas de salud relacionados con altos niveles de cortisol, presión sanguínea, y demás enfermedades propias de la vida ocupada y moderna.
Las personas relajadas, libres de estrés generalmente tienen actitudes mentales más positivas y por lo tanto se mantienen más sanas durante más tiempo.
Los expertos también asocian a la jardinería con procesos de claridad mental; bien sea que los esfuerzos de jardinería sean dirigidos para una huerta en casa o en un espacio común.
Cultivar la tierra nos hace felices
La jardinería puede llevar a experimentar sentimientos de plenitud, felicidad y gratitud mientras se transita por el proceso de preparar la tierra, sembrar y cosechar. De acuerdo con el testimonio de muchas personas que se inician en la jardinería, son muchos los cambios que las personan viven durante el desarrollo de esta actividad. Algunas, viven un importante cambio en su mentalidad gracias a la práctica en los huertos, obteniendo retribuciones inclusive económicas al alivianar la cantidad de dinero invertida en los grandes supermercados por la disponibilidad directa de alimentos de la huerta.
Adicionalmente a estos beneficios, la exposición a los rayos solares por varios minutos al día que incluye la práctica de la jardinería produce que el cuerpo genere vitamina D, con la cual ayudamos al funcionamiento del sistema inmune previniendo gripes estacionales y aumenta nuestra protección contra ciertos tipos de cáncer.
El huerto proporciona alimentos frescos y sanos
Finalmente, una cuestión sumamente básica pero también importante, que es la calidad de los alimentos que consumimos si los cultivamos en nuestra propia huerta. Si tenemos una huerta podemos llegar a consumir frutas y verduras en mayor cantidad que quienes deben salir a comprarlas. Además, si realizamos una jardinería orgánica libre de químicos como los pesticidas y agrotóxicos, podremos comenzar a consumir frutas y verduras orgánicas, limpias, lo cual tendrá una influencia directa en nuestra salud al disminuir los riesgos de intolerancias alimenticias, intoxicación y muchas otros riesgos negativos de la agricultura a gran escala.
Ahora ya lo sabes ¡Corre al jardín! La jardinería puede alargar tu vida.